martes, 9 de junio de 2020

Muerte de bala cubanas especiales, De la serie #JugadasApretadas



Rubén Ramos CANARII master agro-rural, victima IMPUNE de mafiada europea okupa.



Eran los inicios de la década del 90 del pasado siglo. El "Período Especial en Tiempos de Paz" vivía su apogeo y había que "chaquetear" la vida misma.


En la noche de un sábado se escucharían varios disparos por arma de fuego. Tres de aquellos disparos finiquitaron la vida de Guillermo "El Pela'o". Su homicida: un joven que pasaba el servicio militar como agente del orden público, y que no se encontraba, esa noche de sábado, de servicio, sino participando de un "bonche".

Por aquellos años, dos agentes del orden público, que también se encontraban pasando el servicio militar pero en la división de patrullas, violaron y dejaron por muerta a una joven que prestaba sus servicios sexuales a extranjeros en Playas del Este.

Eran los años en que se podía "alquilar" una Makarov [arma de reglamento de la Policía Nacional] por un módico precio, siempre y cuando se tuviera buen "conecto" en los barrios más calientes de La Habana.

Eran tiempos duros. Y casi nadie se moría de una "larga y penosa enfermedad".

Recientemente dos agentes del orden público, patrulleros y de servicio, violaron a dos adolescentes en una barriada de Marianao.

Y más recientemente un joven, vecino de Calabazar, ultimó a dos agentes del orden público e hirió a un tercero.

Este último caso trascendió a los medios de prensa estatal de Cuba. A diferencia de los otros hechos relatados aquí, donde los autores u homicidas fueron agentes del orden público.

Dar muerte a una persona, sea civil o policía, es un acto grave. Gravísimo. Y tiene, por ley y moral, que ser penado.

Pero es obligatoria la pregunta: ¿por qué, en Cuba, los agentes del orden público que han cometido actos gravísimos, no trascienden a los medios de prensa estatal?

Aquí lo dejo.


 relato de Jorge Enrique Rodríguez  

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