miércoles, 17 de marzo de 2021

FILME Plantados, FEED BACK regresivo de la Represión carcelaria del CASTRISMO



"¿Qué es un rebelde? Un hombre que dice no".

Albert Camus

La primera vez que supe de la existencia de los presos políticos “plantados” fue en el Capítulo “Represión directa” del libro “ Cuba: Mito y realidad. Testimonio de un pueblo”,del inolvidable Juan Marcial Clark Sanchez, que leí en Cuba envuelto en hojas de la revista “La mujer sovietica”. La primera vez que conocí personalmente a un “plantado’ fue también en Cuba cuando fui a visitar a Mario Chances de Armas a Luyano a casa de Julio Ruiz Pitaluga, otro plantado, tras cumplir su larga condena íntegra de 30 años pues no le perdonaron ni un día.

Al contemplar entonces el excelente estado físico y mental de Mario y la vitalidad de Pitaluga con su perenne cigarrillo entre los dedos fue que comprendí el verdadero sentido ontologico de un plantado. La verticalidad y el acervo moral de aquellos hombres. La grandeza a la que se teme como en el famoso poema de Cavafis a Julio Cesar, la integridad y el carácter viril que hace temblar a sus enemigos. Ninguno exhibía el más mínimo rasgo de patetismo, no se sentían víctimas eran guerreros.Ellos eran los vencedores. Su sacrificio sin concesiones había cimentado su victoria. Su rasgo sobresaliente era el porte desafiante, la mirada erguida, el corazón robusto, el pulso firme. A pesar del horror, el sadismo, la desidia, la soledad y el abandono habían ganado todas las batallas sin rendirse y estaban invictos. Vino a mi mente entonces como un relámpago “ El hombre rebelde” de Albert Camus: “Siempre llega un momento en que uno debe elegir entre la contemplación y la acción. Esto se llama convertirse en un hombre... y donde no hay esperanza, debemos inventarla".

Ya en el exilio conocí a Eusebio Penalver que fiel a su apellido se mantenía íntegro y macizo como una roca ígnea a pesar de sus 28 años de calvario, a Ernesto Díaz Rodríguez ese guerrero sólido y enérgico como Harald Hardrada el último gran rey vikingo que como el también escribía poesía. A Ernesto lo conocí en 1995 en la presentación en “Books & Books” de su libro autobiográfico “Rehenes De Castro”, que es un libro indispensable por auténtico, vivido, excelentemente escrito y con una cuidadosa edición y presentación. A Jorge Valls Arango un monumento a la devoción, la resistencia y el amor a la humanidad. Con Jorge compartía fe y amigos y durante años compartimos en la sala de Roberto Simeón o caminamos temprano en la mañana hasta la Iglesia de San Juan de Letrán que fue su parroquia en Cuba y en Miami.

Tenía muchas expectativas con el estreno de “Plantados” pues con el nombre solamente hay fuerza suficiente para mover una montaña....pero la película no me gustó y eso no significa que no aplauda su mensaje, que no reconozca su importancia como acontecimiento histórico y político, o que no agradezca a sus gestores la trascendencia y el incuestionable valor que conlleva publicitar el holocausto de los plantados, hacer justicia a sus protagonistas y condenar moralmente al oprobioso régimen que los instituyó.

Me refiero a la película como obra artística. A la estética y también la ética del cine de ficción “Plantados”.



ENLACE A PELICULA COMPLETA plantados CUBA /2021: https://www.youtube.com/watch?v=gzEMxTgwarQ


Considero que una película de casi dos horas de duración sobre un tema heroico merece ser cuanto menos una epopeya cinematográfica como pudiera serlo “Troya” o “Espartaco” salvando por supuesto las distancias millonarias de producción me refiero al tratamiento heroico del tema.El arte siempre ha inmortalizado las grandes hazañas y los grandes héroes y nuestros plantados lo son y su historia lo es una gran hazaña. Solo gracias al arte los héroes no han quedado atascados en el pantano de la historiografia y sabemos más de Grecia y de Roma por sus monumentos y obras de arte y no por los kilométricos discursos de historiadores y eruditos que hoy están olvidados que es la peor de las muertes. Por esa misma razón apoye y trabaje para la Ópera “Balseros” de Robert Ashley y Maria Irene Fornes en 1997 y realice a golpe y porrazo el documental conmemorativo del Centenario de Aureliano Sánchez Arango, donde por cierto abundan los testimonios de plantados, que se estrenó en 2007 en la Sala Bacardi de la Universidad de Miami.

En primer lugar no me gusto el protagonista ni el hilo argumental del que se va derivando el resto de la película. No entiendo por que no escogieron la historia de un plantado como protagonista no los plantados como reparto. El libro de Ernesto Díaz está escrito en primera persona y es su historia y con mucho estilo.

La película comienza a cuestionarse cuando el protagonista no es un plantado sino un esbirro miserable y Sadico que consigue sobrevivir mesurada y coherentemente en medio del anonimato rodeado de sus víctimas y que tranquiliza su conciencia con argumentos de relativismo legalista. No puede haber estética en la inmoralidad. Un verdugo psicopatía y pervertido nos narra su discurso coherentemente y termina su vida con aires de Bushido mientras su nemesis, un plantado que terminó poniéndose el traje de preso común para escapar increíblemente en medio de un canaveral y que vive en el exilio solitario, enajenado e irresoluto y que incita a dos pobres muchachos hijos de plantados que el filme muestra histéricos, vacilantes y hasta tontos porque solo un tonto secuestra a un tipo como ese sin registrarlo a fondo para estar seguro que no está armado.

Según he leído el guion fue escrito por tres creadores equidistantes y uno de ellos el director y se notan los ripios del director que también quiso ser guionista. Me viene a la mente Christopher Plummer el gran actor recientemente fallecido recomendándole al gran Terence Malick, el célebre director de películas de arte, que se buscará un guionista y no metiera más sus manos para que sus películas fueran más coherentes.



Sin dudas del talento de muy buenos escritores quedaron caracteres bien desarrollados que merecen premios y me referiré a los que más me impactaron. En primer lugar el personaje que parece ser Penalver e interpreta magistralmente Bonco Quinongo., no se si el actor conoció al preso plantado pero si interpretación es impresionante y logró desdoblarse en su piel sus gestos su mirada inquisitiva y su media sonrisa contemplativa. El otro más genérico es Ricardo,, no se si se inspira en Montero Duque porque no conozco a fondo su historia, pero es un personaje entrañable que roba nuestros corazones, con su pesada carga de desesperanza, sufrimiento y abandono, resignado y meditativo, con una historia digna de Shakespeare que merecía más atención y mejor destino y que se queda descolgado como en los malos sériales de televisión.

Yo conocí a un tipo parecido al protagonista de “Plantados” cuando trabajaba en “Ediciones Plaza Vieja” en Los Altos del Restaurante “La Mina”,antes que Silvio Rodríguez hiciera allí su “Studio Abdala. Este individuo había formado parte de los pelotones de fusilamiento de La Cabaña con 16 años y lo habían convertido en una máquina de matar tan insensible al sufrimiento que en sus días libres subía la colina para presenciar los fusilamientos desde arriba. Ya Stephan Baciu el poeta rumano había denunciado en un poema como el Che Guevara lo invitó una vez a presenciar un fusilamiento como se invita a alguien a tomarse un trago en un bar. Menier que era el nombre que usaba este individuo poseía entonces una aberrante curiosidad por captar el último momento previo al impacto de las balas en el rostro de los condenados y mantenía en su memoria un retrato fiel de decenas de rostros jóvenes asociados al grito desafiante de “Viva Cristo Rey” y de todos ellos había uno que le quemaba como una brasa y era el rostro adolescente del más valiente de todos a quien vio morir con la sonrisa en los labios: Alberto Talía Ruano.

Pero a diferencia del protagonista de “Plantados” Menier que también había llegado a Capitán del MININT era cuando lo conocí un despojo humano que se dedicaba a limpiar los inodoros de un restaurante para turistas extranjeros y vivía en un hueco nauseabundo de La Habana Vieja. La vida termina a veces haciendo una justicia real que ni es poética ni cinematográfica.


FRANCISCO ESCOBAR exiliado cubano


#Plantados #Castrismo #comunismo


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