Una vez más la Asamblea General de
la Organización de las Naciones Unidas condenó el embargo comercial y
financiero que Estados Unidos mantiene sobre Cuba desde febrero de 1962, cuando
el presidente John F. Kennedy lo aprobara oficialmente. La resolución – la
número 21 que se discute y somete a votación en la ONU desde que en 1992 se
aprobara la primera con 59 votos a favor, 3 en contra y 71 abstenciones – contó
en esta ocasión con el respaldo de 188 países, teniendo en contra los votos de
Estados Unidos, Israel y Palau y las abstenciones de Micronesia e Islas
Marshall.
El régimen cubano lo cataloga de
victoria, pero una victoria pírrica. Lo
cierto es que el hecho se ha vuelto monótono y trivial. Una rutina más a
cumplimentar por los representantes diplomáticos de la mayoría de las naciones
de este mundo, quienes por espacio de 50 añospoco o nada les ha preocupado o
interesado el tema.
La organización multinacional, al
igual que Estados Unidos lo llama embargo. El régimen cubano sube la parada y
lo cataloga de bloqueo para remarcar la connotación política “ del enemigo de
la acera de enfrente ”, “ del imperialismo feroz y explotador ” al que tanto
quieren conquistar y atraer en busca de sus tan necesitados dólares. Es la manera de justificar la ineficiencia y
los enormes errores políticos, económicos y sociales cometidos por más de medio
siglo por el totalitarismo cubano. En realidad es un diferendo entre dos países
que no tienen relaciones diplomáticas desde hace 50 años. Nada más.
Lo cierto es que Cuba solo ha
estado sometida a un bloqueo, y no total, en dos ocasiones. La primera en 1898,
cuando Estados Unidos entró en la guerra de independencia contra España, y
cerró al tráfico marítimo el puerto de La Habana, impidiendo el abastecimiento
de las tropas españolas en el occidente de la Isla, así como la destrucción de
la escuadra que comandaba el almirante español Cervera, quien tozudo y
empecinado, pretendió romper la encerrona que las naves estadounidenses tenían
sobre la bahía de Santiago de Cuba, donde murieron cientos de marinos y
soldados españoles en una batalla inútil y perdida antes del primer disparo.
La segunda ocasión fue la Crisis
de Octubre, en 1962, cuando fueron detectados los cohetes soviéticos instalados
en la Isla, lo que estuvo a punto de desencadenar una guerra nuclear, y que
fuera zanjada entre el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, y el
primer secretario del PCUS, Nikita Kruchev a la vez que ignoraban de sus
acuerdos a Fidel Castro. Todavía está en la memoria de muchos cubanos, cuando
en las claras mañanas se sentaban en el muro del malecón habanero a contemplar
y discutir, como buen cubano, si era el Oxford u otro el nombre del barco que
se divisaba en la línea del horizonte azul turquí.
Hay cosas que son incomprensibles en estas votaciones. La inmensa mayoría de
estos países que votan a favor de levantar el embargo contra Cuba tienen sus
misiones diplomáticas en La habana y sus representantes conocen muy bien la
situación por la que atraviesa el pueblo cubano. Conocen a muchos de los
disidentes cubanos. Han recibido en sus sedes a Las Damas de Blanco. No son ajenos
a las violaciones de los Derechos Humanos, las golpizas públicas contra quienes
manifiestan su oposición al régimen cubano, a las serias carencias alimenticias
que sufre el pueblo. Ante esa situación:¿ Por qué no piden al régimen cubano el
cumplimiento de la Declaración Universal de Derechos Humanos ? ¿ Por qué no
solicitan la celebración de elecciones libres y pluripartidistas con la
presencia de observadores internacionales a quienes llevan más de 50 años en el
poder ? Silencio y complicidad.
El bloqueo o embargo, como usted
le quiera llamar, lo tiene impuesto el sistema totalitario cubano contra su
propio pueblo, quien carece de los derechos más elementales como ser humano, y
se encuentra entre los países más pobres del continente americano, solo por encima
de Haití y Guatemala. Triste consuelo para quienes viven y subsisten casi de
caridad, “ del lobo, un pelo ”
Las autoridades cubanas reclaman
que por culpa del bloqueo estadounidense han dejado de percibir Un Billón de
dólares en transacciones comerciales, más las contradicciones en sus
planteamientos son abismales. La dictadura totalitaria cubana ha podido
permitirse el lujo de vivir de los 6 mil millones de dólares que recibía
anualmente de la desaparecida Unión Soviética. Si sacamos el monto total de
estos subsidios, de seguro supera ampliamente lo entregado por Estados Unidos
mediante el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa a la terminación de
la II Guerra Mundial.
Baste señalar que el pasado 2011
Cuba compró en Estados Unidos, el sexto socio comercial de la isla -- solo
superado por Venezuela, la Unión Europea, Canadá, Brasil y China -- más de 300
millones de dólares en productos alimenticios, lo que lo convierte en uno de
los principales suministradores de alimentos a la isla. A esto debemos añadir
que el régimen de la isla recibió por concepto de remesas familiares más de 2
mil millones de dólares, según Ronald Godard, representante de Washington en
la Asamblea General de la ONU.
Muchas son las expectativas y las
habladurías de que el presidente Barack Obama pudiera eliminar el embargo. No
será la primera vez ni la última que se comente este irrealizable proyecto,
pues de seguro no querrá pasar a la historia como el primer presidente
estadounidense que claudicó ante los Castro. Julio César Gálvez
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