DICEN LAS MALAS LENGUAS progres new-age (aún catolicones sociologicos, sic) que por el karma reencarnatorio ahi irían en su proxima vida las feminazis y sus grandes complices y beneficiados. ANTES DEL mismo JUICIO FINAL, y del kaliyuga de los mismos orientalistas, POR SUPUESTO.
Diana Álvarez
Qué quieren que les diga.
Soy mujer y el 8 de Marzo se pueden ir ustedes a tomar por saco, que no me representan desde hace años.
Iré a trabajar, como siempre, mientras ustedes se tocan la seta y rebuznan creyendo que en el nombre de todas, como siempre.
No en el mío.
EL DEMONIO SOROS tan contento de estas lerdas posmodernas Apoc MAL FOLLADAS spain |
matayanacona
"No Pasarán", dicen estas patéticas y repulsivas ratas. Vaya que si van a pasar, porque somos millones las que sentimos un asco que ya es intolerable hacia vosotras, banda de lloronas vividoras del victimismo.
Luis Arjona
Es lo que hay, no solo en ese juzgado sino en muchos otros. Se trata de algo ampliamente conocido por quienes han vivido o visto de cerca divorcios contenciosos: jueces, fiscales y personal de los equipos psicosociales descaradamente parciales que no tienen ningún escrúpulo para transgredir el requisito más elemental para el ejercicio de sus cargos: imparcialidad. El resto de la noticia se explica por lo de siempre: corporativismo.
La situación que describís es una consecuencia, entre muchas otras, del femihembrismo, victimista, ventajista y misándrico que campa a sus anchas en los medios, en el discurso político y en el día a día. Un movimiento que enarbola la bandera de la igualdad, pero no la busca, que dice combatir el patriarcado, pero pretende imponer el matriarcado.
El femi-hembrismo está corrompiendo la administración de justicia, las leyes y las instituciones en una guerra abierta contra el varón, la masculinidad y la paternidad.
Como podéis ver, no falta quien lea esta noticia sin asombro, e incluso con alegría, para después comentarla con sorna y enviaros un "sincero" abrazo. Así está el patio.
La situación que describís es una consecuencia, entre muchas otras, del femihembrismo, victimista, ventajista y misándrico que campa a sus anchas en los medios, en el discurso político y en el día a día. Un movimiento que enarbola la bandera de la igualdad, pero no la busca, que dice combatir el patriarcado, pero pretende imponer el matriarcado.
El femi-hembrismo está corrompiendo la administración de justicia, las leyes y las instituciones en una guerra abierta contra el varón, la masculinidad y la paternidad.
Como podéis ver, no falta quien lea esta noticia sin asombro, e incluso con alegría, para después comentarla con sorna y enviaros un "sincero" abrazo. Así está el patio.
Maria Arancibia Navarrete
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