martes, 5 de diciembre de 2017

Y siguieron bobeanos y putiferios cubanadamente de la post-Castristada feliz miameña







Aunque tratan de aparentar lo contrario, una buena parte de los turistas que viajan a Cuba viven de forma bastante modesta en sus países de origen. Algunos hasta se puede considerar que son francamente pobres. Solo que del Primer Mundo…

Muchos son obreros u oficinistas que se la pasan ahorrando todo el año para en las vacaciones poder visitar el Caribe. Cuba, en particular. Pero sobre todo, van a fornicar y a hacerlo barato, tanto sexo hetero, como gay, el sapo más asqueroso, en Cuba, es un príncipe, la mujeruca más anciana, con senos que le llegan a las rodillas, allí la hacen sentir Brigitte Bardot icono de la moda y símbolo sexual de mediados del siglo XX.

Lucran, medran además, con el dolor, de aquel fallido experimento, olvidando que incluso las jineteras y los pingueros son seres humanos, que viven en aquella reliquia-parque temático de la revo-inlución de Castro I, por suerte ya quemándose en el infierno, heredado por Castro II y sus vástagos, y que el modo tan miserable , en que subsiste la gente allí, es la causa de que a cualquier pelafustán que muestre la cartera con un puñado de euros o dólares, lo harán sentir como un potentado sahib, o un miembro de la familia real monegasca.

La Habana es Las Vegas, pero mugrosa y roída, anciana enferma pintarrajeada, maquillada, pero anciana y en fase terminal, de una larga enfermedad. Allí, en aquella casa de lenocinio grande, pueden sentirse a sus anchas, olvidarse de determinadas convenciones sociales y hacer lo que en sus países no se les permite, o se atreven a hacer y tampoco se le permite a los nativos, del lupanar, pero a ellos sí, porque son extranjeros...

No son no son pocos los turistas, lo mismo hombres que mujeres que allí encontrarán sexo barato. El más barato del mundo. Puede costar sólo unas cervezas o una cena, un desodorante, una playera, incluso la ropa usada que llevan en la maleta y que con la idea de tirar llevaron, aconsejados por alguien que primero lo hizo, pagando con ella, por la puta o el puto, y que no cargarán de regreso a casa.

La fauna que consume el producto pinguerojineteril es variopinta, hay de todo como en botica, pervertidos y maniáticos, solteronas feas y pobretonas, tímidos con “pijo flácido y doméstico” (Camilo José Cela-Mazurca para dos muertos), apocados sociópatas a los que les suele costar trabajo relacionarse con los demás, impotentes por la edad o la biología , personas con inhibiciones y complejos, ancianos libidinosos, homosexuales que ocultan serlo, pedófilos, gente con gustos raros a la hora del sexo. Sentirse superiores a sus clientes los ayuda a sentirse no solo desinhibidos, sino hasta amados y deseados y sobre todo, curados de sus rareras. Y para colmo, las jineteras y los pingueros, que no suelen ser muy exigentes, casi siempre hacen rebajas, y cuando la revoltura de estómago es mucha, doparlos y robarles.

Los turistas pobres son bastante fáciles de identificar en el paupérrimo paisaje habanero. Se les ve deambular sucios, mal vestidos, en chancletas, con mochilas a la espalda, llenas de mugre y pines, en busca de una habitación que rentar en una casa, que resulta mucho más barata que un hotel. Se montan en las guaguas, y apretujados, avanzan por los pasillos, entre grajo y greña, pidiendo permiso en un castellano tan fatal y catastrófico como todo allí. Comen cualquier fritanga barata en la calle, por centavos, en cafeterías particulares antes que en restaurantes o paladares. En busca de suvenir que prueben que estuvieron en Cuba, aunque todo lo que se vende es de mal gusto y brillante, regatean a los vendedores, lo mismo una gorra guerrillera verde olivo y con una estrella roja, más a lo guardia rojo maoísta que a lo guevariano, tan snob, que una talla de madera que parece representar a un cimarrón o un bujarrón, depende de los ojos con que se mire, o unos borrones que recuerdan vagamente al Morro, o La Cabaña, donde el Che asesinó a tanto cubano, pero ellos no lo saben, ni les importa, o un billete con el careto del carnicero de la Cabaña, suficientes chucherías que prueban el haber estado en el burdel biranense y en medio de todo ese desbarajuste de sudor, mierda de perro, barbacoas, negras en bajichupas, comidas baratas, fundillo sudado , sobaquina y calor, son victimas también del hampa jineteril, que les desgranan , hasta dejarlos pelados como tusa de maíz, pero eso sí, bien satisfechos sexualmente o por lo menos en apariencia.

Pero nada, como advierte el gobierno de Canadá a sus ciudadanos mayores de edad: “La decisión de viajar es su elección y usted es responsable de su seguridad personal en el extranjero”.  POR JUAN A. VALDES












Hialeah: ¿La Ciudad que Progresa o La Ciudad que Fracasa?

En Hialeah yo tengo muchos amigos…, amigos de mi infancia ¿ quién de Guanabacoa y específicamente de mi barrio no se fue un día de Cuba y hoy vive allí en Hialeah?, como si el barrio entero hubiera decidido dejar sus casas ( que los comunistas rápidamente expropiaron y repartieron a otros) mientras ellos tuvieron que venir a ingresar a las cifras de los millones de expatriados que teniendo casa, la perdieron junto con su país y tuvieron que empezar una nueva vida… a pagar renta, a luchar un Mortgage … y después a ver como se pagaba, para un día volver a tener una casa. Allí en Hialeah viven muchos de mis amigos de los que raramente recibo apoyo en Fb o en mis actividades artísticas, puesto que muchos tienen nexos con Cuba, y por el querer estar en el va y vira, en el vira y bota, no les conviene que los asocien con quien tiene abiertamente una postura en contra de esa basura que nos impelió abandonar Cuba…, en contra de esos descarados que nos botaron para quedarse y repartir nuestros bienes.… Incluso en Hialeah es donde mejor se sienten y se mueven aquellos que en Cuba fueron conspiradores del régimen, los traidores del pueblo, que han sido hasta parte del sistema, y cansados de tanto jeringar a su propia gente, han encontrado en Hialeah el retiro perfecto.

 … Lo cierto es que la Hialeah de ahora es inconcebible…, una Hialeah que otrora fuera cubanizada por aquellos del 80 y reforzada por los balseros del 94... y que hoy está llena de economiquitos que han venido no para vivir en libertad sino para continuar siendo esclavos, e implantar la tradición del miedo y la sumisión … esos que llegan y no bien les han confeccionado su Green Card, y ya están metidos en Cuba con lo poco que le han podido rapiñar a las ayudas sociales a los food stamps y algún que otro part time, para aterrizar en el José Martí con la cabeza bien baja ante el MININT e inmigración cubana para después pasearse como señores por sus vecindarios andar en TUR o carros alquilados y mirar con aire de superioridad a aquellos con quienes crecieron o a quienes les vieron crecer en sus barriadas y que no han podido escapar y por ende no tienen el mismo nivel adquisitivo…

… Y por si fuera poco en Hialeah negocios como “Ñooo, qué barato”y “ El Dollarazo” vendiendo pañoletas, uniformes de pionero y hasta los trajes de camilitos. En una abiertamente ayuda a la dictadura, colaborando en renovar sus trajes desteñidos con los que uniforman al pueblo de modo obligatorio y que ni siquiera son capaces de proveer…, que no son más que los símbolos de la represión de estos 60 años…

… La Hialeah de hoy también recibe y hasta organiza conciertos de cantante como Osmany Garcia que hicieron su entrada en este país ofendiendo al exilio irreverentemente… Después de todo esto es válido cuestionarse, si Hialeah es La Ciudad que Progresa, o simplemente La Ciudad que fracasa, que sucumbe a las injusticias de los tiranos que nos desplazaron, donde re- continúan todas las tradiciones y malas costumbres que los últimos emigrados han ido trayendo…        Mayda Saborit





Helen Maria Carmenate



No todos yo marqué la diferencia siendo ciudadana de Hialeah desde que llegamos, no todos los que vivimos en esta jungla cubana somos iguales , yo anticomunista hasta la costura y aunque es difícil enfrentar la falta de educación formal en mi ciudad yo y mi familia nos dedicamos a salir adelante y progresar , como dice el refrán , mi madre se hizo maestra y aprendió inglés a los 44 años mi hermana con solo 26 años es doctora anestesióloga del Jackson y yo dentista ! Y con orgullo siempre digo de donde soy cuando me redeo de médicos en meetings ! Mis vecinos son recalcitrantes como yo ! Uno marca la diferencia no la fatalidad de ubicación geográfica donde Dios nos pone !











Mayda Saborit 

Usted es la excepción de la regla… y conozco otras excepciones… pero es triste saber que por lo general es una ciudad donde los valores, la ética, el patriotismo han claudicado a fuerza de números de emigrantes económicos, sin la más mínima conciencia política y social.




Maria Ponce 
Vivo hace 40 años en Hialeah después de salir de Cuba para España y esperar un año para llegar aquí. Tengo familiares que fueron presos políticos. Nadie de la familia hemos vuelto a la infamia. Hay razón en lo que expones pero todavía quedamos cubanos con dignidad en Hialeah.











Monica Fernandez 
El otro día vi una entrevista con el hijo de Fulgencio Batista quien vive en España y dijo “pues mi padre, como cualquier otro presidente tuvo errores, pero les puedo asegurar que dejo a Cuba en la cumbre de la prosperidad....”. Recomendado y muy certeras sus palabras.



Angeael Bueno 
Monica, ciertamente Cuba estaba en aquellos momentos en la cúspide de la prosperidad, pero no por la buena gestión de Batista, sino, por el empuje y empeño de todo el pueblo cubano, que siempre ha sido uno de los mas luchadores de la humanidad. Si tenemos la desgracia de un castrismo, se lo debemos a el 10 de marzo de 1952, cuando Batista, interviene las elecciones que se realizarían el primero de junio de ese mismo año, llevando a cabo un golpe de estado, instaurando en el país una dictadura, que rompió el proceso democrático en que vivíamos. Su hijo, por supuesto siempre justificará las acciones de su padre.




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