jueves, 15 de marzo de 2012

bienvenida al Papa a Cuba castrista, por Félix Sautié Mederos



TAL CONTUBERNIO NO SE VIO EN LA HISTORIA POSMODERNA DEL OCCIDENTE CRISTIANO


En medio de las contingencias, polarizaciones y angustias tan acuciantes para el pueblo cubano asentado dentro y fuera de nuestras fronteras, de nuevo me ha sorprendido, por así decirlo, la vertiginosa sucesión del 2012 que recientemente iniciamos. Parece ser que mientras más años me pasan por encima, presiento que el tiempo corre con mayor prisa, como si mi ser interior estuviera apurado por llegar al momento del tránsito definitivo; no obstante, me esfuerzo insistentemente por coadyuvar en la medida de mis posibilidades a la reconciliación y el diálogo entre cubanos, sin dejarme amedrentar además por las advertencias, insultos y veladas amenazas que algunos pierden el tiempo en hacerme llegar.

Esas fueron mis sensaciones existenciales durante la celebración litúrgica del miércoles de cenizas de 2012 en la catedral de La Habana, provocadas por el recuerdo sacramental de ser polvo y que al polvo regresaremos. En tanto que las cenizas bendecidas por el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, con el agua viva de la creación y la naturaleza que nos lavará, dieron inicio al período penitencial de la Cuaresma preparatoria para la Semana Santa y la Pascua de Resurrección, etapas de hondo misticismo en el calendario cristiano en cuyos días previos visitará Cuba el papa Benedicto XVI.

Me refiero a dos hechos de honda trascendencia espiritual que se manifestarán muy a pesar de quienes no pueden ocultar sus odios hacia la Iglesia, así como de otros detractores monotemáticos que solo aceptan las cosas en una única dirección convergente con sus ideas. Voces que por demás escamotean al pueblo cubano, el derecho a solazarse espiritualmente en sus devociones y actividades de espiritualidad. Por otra parte, considero imprescindible tener muy en cuenta que las festividades y conmemoraciones religiosas, constituyen derechos inalienables de las personas que por voluntad propia opten por participar. Así pues, el hecho histórico de la visita a Cuba que habrá de realizar el papa Benedicto XVI en peregrinación por motivo del 400 aniversario del hallazgo en 1612 de la imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona y Reina de Cuba, es su derecho como sucesor de san Pedro, así como del pueblo cubano creyente o no, recibirlo con regocijo, respeto y dignidad.








 En medio de tanto más de lo mismo, tantos desengaños y desesperanzas, un acontecimiento de esta índole en mi opinión constituye un cambio del ritmo existencial y un estímulo cargado de esperanzas que se transformarán en un motor para la lucha por la vida. En estas circunstancias y coyunturas considero que la visita papal tendrá importantes repercusiones positivas para la autoestima del pueblo cubano que vive adentro e incluso afuera de nuestras fronteras, porque nunca deberíamos olvidar a la diáspora que ha salido de nuestras entrañas. Y, por encima de todo, será de especial significación su mensaje de amor intrínseco propio de la devoción a la Virgen de la Caridad, así como propiciador de paz, diálogo, reencuentro, reconciliación más allá de cualquier consideración política.

Además, un 400 aniversario se celebra solo una vez; y, si es estrictamente religioso, entonces supera las contingencias económicas, políticas o históricas del momento. En esta ocasión, los creyentes cubanos muy especialmente los católicos de todas las ideas políticas y sociales, de adentro y de afuera de nuestras fronteras, tenemos el derecho inalienable de recibir al papa que es el pastor universal de nuestra Iglesia, y hacerlo con satisfacción máxima y sin ningún tipo de limitaciones, ni condicionantes, que algunos poniendo la carreta delante de los bueyes, están planteando con juicios y criterios incluso insultantes y/o despreciativos para quien piense distinto a ellos, así como para la Iglesia católica cubana, los creyentes, el pueblo cubano y muy en especial para quien es el pastor de la Iglesia católica universal.

Lo que SS Benedicto XVI vaya a plantear o exponer en Cuba, tanto a las autoridades gubernamentales, como a los católicos y al pueblo en general, es una responsabilidad exclusivamente suya, emanada de su conciencia y de su alta investidura religiosa e incluso estatal. Pienso que solo después de su visita podrían evaluarse las repercusiones esenciales para Cuba que, en lo concerniente a la población católica, así como a los devotos de la Virgen de la Caridad, de por sí mismas, serán enriquecedoras y de júbilo espiritual, por cuanto constituye un viaje pastoral plenamente justificado con motivo de un aniversario trascendente para nuestra identidad nacional, porque la Virgen de la Caridad es un símbolo indiscutible de nuestra nacionalidad.

No obstante, en mi opinión personal, es también de correcta lógica existencial e histórica identificar, reconocer y manifestar públicamente las complejas circunstancias del momento de inflexión en que nos encontramos inmersos los cubanos, así como las angustias que estamos atravesando adentro y afuera del país y que en consecuencia proclamemos nuestros reclamos y problemas en esta dirección; pero las imposiciones conceptuales, las condicionantes y los insultos están fuera de lugar; y dañan sensiblemente las necesidades de reencuentro, diálogo y reconciliación tan urgentes para la nación cubana hoy.

 Los insultos y las condicionantes extemporáneas que se están manifestando coinciden con las acciones amenazadoras y de advertencias así como con el uso de la fuerza y la represión contra el pensamiento diferente. Estos hechos controvertidos propician el enrarecimiento del ambiente y la creación de situaciones complicadas e insostenibles.

Considero que en la Cuaresma 2012 y en el Año Jubilar del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, recibir la visita pastoral de SS Benedicto XVI es nuestro derecho que coincide con nuestras urgencias actuales. Así lo pienso, así lo afirmo y así lo defiendo. ¡Bienvenido sea el Papa!



3 comentarios:

  1. En el año 1995 me permitieron entrar a visitar a mi madre, quien me esperaba desde hacía 37 años que no estaba en Cuba. Como es natural, la encontré muy cambiada, y ella a mí lo mismo. La situación de Cuba me impactó mucho; no era la que había dejado en 1958. Estaba en pleno período especial debido a la caída del comunismo en Rusia, que era su mayor protector. Las casas, las calles, las iglesias, todo estaba casi en ruinas.

    Este año me han permitido volver, ya que mi madre, muy anciana, me lo estaba pidiendo. A mí el viajar tan lejos y sola me daba miedo, después de estar en la clausura tanto tiempo. Una se encuentra como pez fuera del agua, pero el Señor ayuda y he encontrado a muchas personas que me han ayudado. Otra vez al llegar allí me he encontrado con el mismo panorama de pobreza, escasez y de -casi me atrevo a decir- miseria en el que vive la mayoría de la población. Hay que hacer colas para comprar cosas tan simples como un paquete de detergente, o de jabón de aseo. La cartilla de racionamiento sigue funcionando, pero no es suficiente para poder vivir. El que no tiene familia fuera que le envíe unos dólares para completar el sueldo de unos 14 dólares o una pensión de algo menos al mes, es imposible que pueda comer todos los días. Así, la gente retrasa la hora de la comida y por la tarde -si puede- se toma un poco de café con leche, si es que tiene con qué comprarla; pues a los niños les quitan la leche a partir de los 7 años y se la vuelven a dar a los que han cumplido 60 años. ¡Ah! Y ¡un litro a la semana!

    Hay dos clases de moneda: el peso cubano y el peso convertible cubano, que equivale al dólar, para comprar en las tiendas extranjeras. Me he encontrado con un nuevo medio de transporte: el bicitaxi, que es una bicicleta con dos asientos detrás que puede transportar dos personas, y la fuerza motriz son las piernas del conductor; no está permitido poner un motor.

    Lo que sí avanza es la Iglesia

    A mí se me partía el corazón cuando veía los esfuerzos del conductor y motor a la vez; con el calor que hacía…, llegaba agotado. Un día le pregunté al obispo si había montado alguna vez en bicitaxi, y me dijo que no, pues le parecía como utilizar a un esclavo. A mí me produjo siempre la misma sensación.

    Una cosa que he visto que avanza es la Iglesia. La gente está comprometiéndose en serio y responde a la voz de Dios. Les he visto más decididos, cooperan en todo lo referente a la catequesis, y con muy pocos medios se hacen maravillas. La celebración dominical es fabulosa, ya que participa toda la comunidad, y se les ve que creen en lo que están celebrando. Los sacerdotes y el obispo que he tenido la suerte de conocer, son personas entregadas del todo al reino de los cielos. Tienen mucho trabajo, pero siempre están dispuestos a escucharte, a darte una palabra de aliento y a echarte una mano, si estás en apuros. También conocí un monasterio de contemplativas de mi Orden. Me abrieron sus puertas y pude disfrutar de su compañía durante dos días. Es lo mismo que aquí, pero con más pobreza y sencillez. Aquí, el mundo que nos rodea nos influye con sus costumbres, y no se vive como antes.

    Pido una oración por Cuba, por quienes la gobiernan, y, sobre todo, por el sufrido pueblo cubano. Que el Señor les ilumine y que los creyentes sigan siendo fieles, a pesar de que esa fidelidad les pueda acarrear problemas. Ya estoy en la clausura y aquí me siento más libre que en Cuba, donde hay que pedir permiso hasta para respirar. Nunca me he sentido más encerrada que allí, en mi propia patria.

    Una religiosa de clausura CUBANA (extr. ALFA Y OMEGA)

    ResponderEliminar
  2. (ZENIT.org).- Cuando falta poco más de una semana para que Benedicto XVI inicie su viaje apostólico a Cuba y México, del 23 al 29 de marzo próximo, el santo padre se prepara estudiando la situación, disponiendo sus discursos y en oración, y está muy sereno. Lo indicó este miércoles en Roma, el sustituto de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Giovanni Angelo Becciu, después de una ceremonia de despedida de un pequeño cocodrilo traído ilegalmente a Italia desde Cuba.

    En el acto en el Bioparque de Roma, estaban presentes los embajadores de Cuba en Italia, Milagros Carina Soto Aguero; y ante la Santa Sede, Eduardo Delgado; y su excelencia Giovanni Becciu.

    "Coco, el cocodrilo del papa" como lo llaman algunos medios, volverá a un zoológico de la isla caribeña. En sus palabras el arzobispo recordó que “el papa le dio importancia a la presencia del cocodrilo en su audiencia, lo que quiere decir mucho, pues es un símbolo de amistad entre los pueblos”, y del “despertar del respeto hacia la naturaleza”.

    De hecho el reptil fue llevado el 11 de marzo pasado al Vaticano representando a los 1.200 animales del Bioparque de Roma.

    Y al concluir su excelencia bromeó: “Casi casi se podría decir beato lui que vuelve a esta isla mágica y encantadora”.

    Después del evento, respondiendo a algunos medios, entre los cuales estaba ZENIT, el prelado italiano indicó que “el Vaticano respeta la sagrada escritura que enseña que es necesario respetar la naturaleza y por lo tanto la Iglesia y la Santa Sede se empeñan en todas las iniciativas que protegen a la naturaleza”. Y añadió que al acto en el bioparque “hemos adherido porque tienen un significado simbólico, y por la relación personal que tengo con Cuba”.

    ResponderEliminar
  3. el templo de La Caridad permanece abierto al servicio religioso con la protesta de estos trece dentro. Sin dar a conocer el contenido de las demandas y con los controles que se han establecido a la entrada del mismo, no se debería afirmar que el recinto este siendo utilizado como “lugar de demostración política publica”. Más bien resulta una posible ratonera para los demandantes tan pronto las autoridades decidan arrancarse la máscara de bondad. También se me ocurre pensar que, acertada o no, tal vez esta sea la vía más efectiva que han encontrado algunos grupos de cubanos para hacerse escuchar, ya que no cuentan –como si tienen la iglesia católica y el gobierno– con medios de prensa para expresarse. El gesto, por sí solo, debería verlo el alto clero cubano como un llamado de auxilio y no como una profanación.

    Confieso que quizás debido a mi condición de no religiosa me resulta difícil entender algunos presupuestos del discurso oficial católico. O acaso padezco de una suerte de alergia frente a todos los discursos oficiales. Por ejemplo, no entiendo como se puede servir a Cristo, defensor de su pueblo e indudablemente disidente de su tiempo, y a la vez proteger solo a los poderosos. ¿Es que no privilegia la Iglesia Católica cubana a los más sufridos? ¿No son precisamente los disidentes los más necesitados de protección en condiciones de dictadura? ¿Por qué los altos representantes del clero no han dedicado jamás una misa a la memoria de esa cubana tan digna y admirable, Laura Pollán, a Orlando Zapata o a Wilman Villar, y en cambio han hecho fervorosos votos por la salud de ese otro caudillo foráneo y belicoso, Hugo Chávez? ¿Acaso eso no es asumir posturas políticas?

    Resulta demasiado hipócrita a estas alturas fingir que todo esta bien en Cuba, venga o no el Papa. Es también un embuste pueril negar que la iglesia sea una institución política y no solo religiosa, que no por gusto ha sobrevivido, poderosa, durante casi dos milenios. La nota del Arzobispado parece responder más a una exigencia oficial de las autoridades del gobierno cubano que a un sentimiento de verdadera fe cristiana. Y si acaso me equivoco y la fe ordena callar y mirar hacia otro lado; si en virtud de esa fe la visita de Benedicto XVI debe estar rodeada de una solemne coreografía y de un manto que oculte la realidad de nuestro país, no creo que esa sea la fe que necesita Cuba. Y que Dios me perdone.

    Nota final: Marzo 16. En la noche de ayer, por pedido expreso del cardenal Jaime Ortega, fue desalojado el templo de La Caridad por fuerzas de la policía. Testimonios de algunos de los implicados afirman que fue utilizada la fuerza y los disidentes fueron encadenados, amenazados y arrastrados. Como se puede comprobar, esto desmiente la supuesta interlocución entre la iglesia y el gobierno acerca de que éste no tomaría acción alguna contra los ocupantes del templo. El cardenal no solo ha vuelto a tomar partido inequívocamente junto al poder, sino que, de paso, ha dejado muy mal parado al director de la revista católica Espacio Laical. POR MIRIAM CELAYA EN SIN EVASION

    El grupo penetró el martes en la parroquia, situada en el cruce de las calles Salud y Manrique, para demandar la excarcelación de presos políticos, acceso a internet, libertad de expresión y la discusión de una hoja de ruta para la creación de un Estado de derecho.

    ResponderEliminar