domingo, 9 de junio de 2013

Suma y sigue de las alucinadas de occidentales new age endemoniantes que buscan todo fuera de Cristo / SHAOLIN serio





VERDADERO MAESTRO SHAOLIN budista-zen AL QUE LE REVENTARON LOS DEMONIOS psico-TUMORALMENTE. Espíritus a los que se les abren ventanas y puertas feliz e ingenuamente,  MANTRAS ó MENTE EN BLANCO p.e., Y PUEDES ENTONCES YA TENER DIFÍCIL CURA.


los psiquiatras CIENTIFICOS no tienen realmente idea que sus potentes fármacos de síntesis, por acción físico-química cerebral, alteran la energía electromagnética neuronal y cerebral, y SOBRE TODO NO SABEN QUE DESQUICIAN LOS ESPIRITUS QUE MANEJAN LA REALIDAD. 


Freud era ateo, judeo mundanizado.





La Ertzaintza ha asegurado que el maestro shaolin Juan Carlos Aguilar, lleva dos años en tratamiento por un tumor cerebral en un centro de Navarra, lo que al parecer podría alterar sus facultades.
El arrestado, que se encuentra "muy confundido", ha declarado en comisaría que "cree" que el pasado día 31 de mayo mató a una mujer, según las mismas fuentes.



Ahora el asesino irá a una celda de más metros cuadrados que una habitación en un piso compartido. Tendrá universidad gratis sin ninguna pega, gimnasio, sanidad, 4 comidas, piscina, talleres, cursos, excursiones, un huerto, le darán trabajo en la lavandería y con lo que gane podrá comprar lo que quiera en el economato de la prisión. Con un poco de suerte en ocho años estará saliendo de permisos de fín de semana. Y todo esto de nuestros impuestos. Porque en España a quien defiende la ley es a quien la incumple y las pegas a las víctimas.
 POR FDLT EN FORO ELMUNDO.ES











Aguilar adquirió en 2004 el centro que está hoy tomado por la Ertzaintza, Zen4, en la céntrica calle Máximo Aguirre. Se lo compró a Víctor Manuel Gaspar, un profesor de judo que dirigía el centro desde 1959 y lo había convertido en una referencia del judo en Euskadi.

Cuando lo vendió, Aguilar le dio la vuelta, lo redecoró por entero con una decoración oriental y se centró en estas artes marciales, yoga, etc. "Me parecía un individuo normal. Un poco raro, con ideas orientales, así como de secta...", explica Gaspar, sorprendido por la noticia, a la puerta de su antiguo negocio.

El lugar está precintado por la Policía y rodeado de periodistas. Algunos alumnos se están acercando a él para saber lo que ha pasado, como Elsa, la madre de un chico de 17 años, que no sabe qué va a pasar con las clases de kárate de su hijo. "Mi hijo venía contento. Los profesores son buenos y no tienen la culpa de todo esto", afirma. EXTR. ELMUNDO.ES (qué tía! más de la borregada adoradora de sus intereses y coñas)



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