"Nos enfrentamos a un terrible dilema: o ser santos, totalmente, sin rebajas, para conseguir nuestra plena dimensión... o reducirnos a ser marionetas ridículas, seres frustrados, y, dejádnoslo decir, abortivos". Pablo VI
Monseñor Manuel Basulto
Jiménez nació en Ada-Nero, Ávila, en 1869 hijo de molineros.
Canónigo en León y Madrid, en 1909 fue nombrado obispo de Lugo
consagrado por el nuncio en la iglesia de los Paules de Madrid. Su
lema teresiano: "Quien a Dios tiene, nada le falta".
Ya como obispo de Jaén, en
la ordenación de nuevos sacerdotes de Junio de 1936 les advertía:
"Os envio como ovejas en medio de lobos".
Tras el estallido del 18/19
de Julio, no fue hasta los primeros dias de agosto de 1936 cuando
milicianos en masa asaltan el obispado, excusa: buscando armas que
no encontraron. Invadieron el palacio episcopal con hachas y palos al
grito de "¿dónde está el obispo? Porque le vamos a
dar un tiro!". Ya a principios de Julio el gobernador civil
le ofreció y aconsejó que para salvar la vida huyera a su tierra
castellana. Pero abandonar no era palabra que formaba parte de su
idioma, permaneciendo con sus diocesanos.
El grupo miliciano colocó
en el balcón la bandera roja, comunicándole que a partir de
entonces al obispo que el palacio les pertenecía, reteniendo a los
diocesanos presentes en la planta baja. Uno de los revolucionarios
espetó a Don Manuel: "¿Dónde están tantos amigos como usted
tenía, para que vengan ahora a defenderlo?".
El alcalde de Jaén crea una
comisión para detener y encarcelar al obispo y allegados, siendo
encarcelados a las 23 horas, que sería la misma sacristía de la
Catedral. Don Manuel Basulto les pidió antes subir a la capilla a
tomar el Santísimo Sacramento. El jefe de los sicarios se lo negó
con una sonora blasfemia. Al día siguiente radio Jaén difundió la
calumnia de que el obispo había sido sorprendido cuando intentaba
huir con "nueve millones de pesetas".
En la catedral-cárcel
aglomeraron a 1.200 presos entre sacerdotes, religiosos y seglares de
toda la provincia. El director general de presos del gobierno
republicano, Pedro Villar, ordenó que se hiciera un traslado de
presos de la Catedral hasta la prisión de Alcalá de Henares. Se
organizaron dos traslados en las noches sucesivas del 11 y 12 de
Agosto. En el primer tren del día 11 sacaron 325 presos, siendo
asesinados 11 en medio de vejaciones. En el segundo tren, 300, donde
iría el obispo de Jaén. Al salir las filas de presos los fieles se
inclinaban y él les daba la bendición, recibiendo las burlas
milicianas. Al llegar al portón de salida don Manuel miró a la
capilla donde aún se venera hoy la Santa Faz, y mirando a los
feligreses levantó las manos y bendijo por tres veces con la señal
de la cruz sobre la grey prisionera como él.
Los 300 cautivos viajaron en
10 vagones cerrados de mercancías, hacinados y aprisionados. En la
albaceteña Alcázar de San Juan las turbas subieron al tren y
pidieron la cabeza del obispo. El tren siguió y llegó a las 12 del
mediodia del 12 de agosto al apeadero de Santa Catalina, cerca de
Vallecas. Dos camiones de la guardia civil y la guardia de asalto
llegaron para disolver los piquetes de milicianos armados y conducir
al tren hasta su destino, la carcel henarense.
Se montó una trifulca entre
las fuerzas del orden y los milicianos madrileños. El cabecilla
habló por telefono con el ministro de Gobernación Casares Quiroga:
"Mira, chato, si no nos entregan los prisioneros, matamos a
los guardias". Respuesta del socialista?? : "Si es
la voluntad del pueblo, que se los entreguen". Los guardias
civiles y de asalto acataron la orden de la "autoridad" y
se retiraron. Los revolucionarios sedientos de sangre se hicieron
cargo del tren y prisioneros, y condujeron el convoy hacia Vallecas
hasta el lugar del Pozo del Tio Raimundo. Allí tuvo
lugar el primer fusilamiento masivo de la guerra civil, de 260
personas especialmente feroz e inhumano, cuando todavía no se había
producido ningún enfrentamiento bélico importante. Los bajaron del
tren y colocaban en tandas de 25 en un repecho, disparando con tres
ametralladoras, ante la presencia de familiares y amigos viéndolo
desde el tren.
El obispo Manuel Basulto se
puso en frente de los verdugos, se arrodilló y con el rosario
agarrado en voz alta oró : "Perdona, Señor, mis pecados y
perdona también a mis asesinos".
Le llegó el turno a su
hermana Teresa, la única mujer que viajó en el tren de la muerte,
implorando a los asesinos: "Esto es una infamia, yo soy una
pobre mujer". Le contestó uno de aquellos desalmados: "
No te apures, a tí te matará una mujer". Salió una
miliciana, con un pañuelo rojo al cuello, llamada Josefa Coso alias
la pecosa,
y a sangre fría descargó su arma sobre Teresa. Presenciaron el
espectáculo una plebe de 2.000 personas celebrándolo con
estrepitoso vocerío.
Cuando
ya
en la carnicería anarco-comunista sólo faltaban
unos 40 por fusilar, se adelantó un joven miliciano de 19 años que
se encaró con el jefe revolucionario, manifestándole que él
respondía de la vida de todo el grupo. Entonces
ya casi al final se suspendieron "buenamente" las
ejecuciones por el feroz mandamás pero amenazando al joven: "¡Ay
de ti si me engañas...! Llevad a éstos a Vallecas y que demuestren
su inocencia".
Después
de la guerra se lograron rescatar 206 cadáveres entre ellos los del
obispo y compañeros. Quien visite la catedral del Jaén se
encontrará con los nombres de todos los sacerdotes ejecutados y su
obispo.
ORIGINAL EN AVE
MARIA REVISTA por Federico Plumed / Hispania Martyr
"No esperen que Obispos contaminados de modernismo, como Monseñor Delgado, encabecen el combate por Cristo Rey, si ya casi han perdido la Fe." |
En
la batalla de Ipsos, el escudero de Antígono Monoftalmos le dijo:
"Señor vienen contra nosotros, a lo que este contestó. ¿Pues
que esperabas, imbécil?"
Hoy
leo en titulares de prensa: “Autoconvocadas atacan la Catedral de
San Juan”. Como diría Antigono “¿Pues qué esperabas imbécil?”.
La obligación de la Iglesia - de las víctimas o del obispo del lugar-, es denunciar, hacer detener, juzgar y encarcelar a las delincuentes. Por cierto, si la Iglesia -el Obispo, supongo-, hubiera estado más diligente en cumplir sus obligaciones en relación a estos delitos de las autoconvocadas, hoy probablemente no temería un ataque más. POR ESTEBAN FALCIONELLI en pc blog (LA COSA, ES QUE SERÁ UN CÓMPLICE ACOJONADO)
zombie-borregos DEMOLITIO: "tienen tantos pecados que le nublan la escasa inteligencia que Dios le ha dado" FILOMENA de P. |
Anónimo
dijo...
- 30 de noviembre de 2013 17:51
- F. de P. dijo...
Qué pregunta más
majadera. Cómo se nota que usted no sabe lo que es ser católico.
Arruinadito está. Filomena de Pasamonte.
"Cuánto
daño hace la vida cómoda, el bienestar; el aburguesamiento del
corazón nos paraliza". Sta. M. Guadalupe García / MEX
Argentina
/ San Juan-feminazis Nov
2013:
Creo que hay que volver sobre el escrito del P. Fabricio. No hay
caudillo y eso pasa porque los obispos -en la mejor buena fe que
podamos concederles- no saben qué hacer. Entonces falta el Camilo
del relato. En otro post un señor ya entrado en años contaba que sí
los hubo en 1955, pero ahora es claro que no.
Al no haber caudillo, son acciones individuales que corren el peligro de no ser ordenadas. Pero la culpa no es de quien actúa sino de quien debería conducir. Así como cuando en Babilonia Dios -ante la inicuidad de los jueces judíos- sucitó el espíritu de Daniel que era un joven, tal vez ahora lo sucite en el P. Fabricio o en algún otro porque los obispos son inicuos.
Al no haber caudillo, son acciones individuales que corren el peligro de no ser ordenadas. Pero la culpa no es de quien actúa sino de quien debería conducir. Así como cuando en Babilonia Dios -ante la inicuidad de los jueces judíos- sucitó el espíritu de Daniel que era un joven, tal vez ahora lo sucite en el P. Fabricio o en algún otro porque los obispos son inicuos.
Los
obispetes y obispones,
debieran
actuar,
no con consejos "prudentes" sino con acciones. Ya hubo
experiencias como la de Posadas en la que el obispo quiso jugar al
democrático agredido y desconoció a los defensores; o la de San
Juan en la que los encerró con llave.
Yo no descartaría el "entregarles" al obispo, pero eso no será posible porque el obispo no estará allí. No es tonto y tiene miedo. Tampoco en dejar la catedral desierta si no puedo asegurar la asistencia de un número de gente que pueda apoyar. Insisto en que no podemos dejar profanar los cuerpos que son templo del Espíritu Santo. POR CICCIO EN PAGINACATOLICA BLOG
Yo no descartaría el "entregarles" al obispo, pero eso no será posible porque el obispo no estará allí. No es tonto y tiene miedo. Tampoco en dejar la catedral desierta si no puedo asegurar la asistencia de un número de gente que pueda apoyar. Insisto en que no podemos dejar profanar los cuerpos que son templo del Espíritu Santo. POR CICCIO EN PAGINACATOLICA BLOG
"Pero como somos ovejas sin pastor debemos apechugar como cada uno pueda, eso desde hace medio siglo."
|
"En
San Juan el Sagrario estaba a salvo, quedaba expuesta una pared
entregada por el obispo porque ya había comprado la pintura.
Horroroso lo del obispo."
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