En la Cuba de los Castro esto que les relato no se puede publicar, ya que el señor Dictador que quiere tapar el sol y vivir en la oscuridad de la represión, tiene miedo que lo lean y se puedan revelar. Esta historia que les cuento es la vida de mi amigo, cuenta lo que le paso en la revolución de los puercos, de como murió ahogado en el mar de muchos muertos y como se le negó la entrada en el reino del infierno.
Mi amigo llego a este mundo con la revolución de los puercos, sus padres eran humanos y no estaban muy educados en cuestiones de política, cuando llego el Dictador hicieron una gran fiesta y le ofrecieron su casa, pensaron que era un gran Dios y sin pensarlo dos veces olvidaron el pasado que fue mejor que el futuro y se transformaron en puercos.
A mi amigo desde pequeño le gustaba ir a la escuela, con notas sobre salientes soñaba con ser doctor y curar a los enfermos, soñaba con cuentos de hadas que le prometió el gobierno en discursos de mentira que duraban muchas horas, en sus sueños de grandeza y futuro de mentiras comunista termino en la secundaria donde conoció una chica que le llamaban la Bella, ella era tan bonita que despertaba sueños prohibidos, mi amigo se enamoro y pensó en plantearle boda...
ENDEMONIADOS LETRINOAMERICANOS mundanos. Jesuitas de paco1 dieron bula. |
Pero había muchos problemas, el padre de la Bella después de una depresión por un encierro sin culpa se dedico al alcoholismo, ella tenia dos hermanos que habían mudado los dientes y aun siendo muy pequeños ya no les daban leche, la madre no ganaba lo suficiente para mantener a todos, no le quedo mas remedio que olvidarse del amor y vender su tiempo libre a hombres de otros idiomas que llegaban a la Habana con ganas de diversión. Mi amigo muy enamorado lo pensó dos veces y tomo la decisión de ayudarla en los encuentros, para esos menesteres dejo la escuela de estudios por una de ser hombre guapo con religión importada del continente Africano. Fue cambiando su moral de una de niño bueno a otra con futuro de prisión en la cárcel del Dictador que le enseño el mal camino.
Así se fue complicando en las cuestiones de adultos y llego a la conclusión que descendía de humanos que se habían transformado y a el no le interesaba pertenecer a los puercos que lo habían engañado. En una reunión de malecón Habanero como escape natural le planteo a la Bella que con dos de sus allegados planeaban salir a un viaje que no tenia regreso. Ella con ilusión lo entendió como mensaje de boda, con un futuro de familia con el señor de sus sueños, sin necesidad de romances por dinero que le ofrecían hombres de países extranjeros que tenían manos de pulpos y con olor a viejos.
Con unos ahorros que tenían cambiaron de profesión y paso de proxeneta para ingeniero naval trabajando día y noche para construir un barco con dos gomas de tractor y cuatro tablas de un
palomar, que ya no tenia palomas por culpa de un virus de hambre que paso por esos tiempos.
Una noche de verano la Bella, mi amigo y dos de sus allegados salieron a navegar en la balsa La Esperanza, con sueños de futuro, pensando en un regreso para matar en los suyos un hambre que tenia muchos años, pero por mala suerte y por cuestiones de tiempo mi amigo no consultó a los dioses que sabían el mañana y después de muchos días se presento una tormenta.
Con la sed de tantos días vió como lo visitaban peces de muchos dientes, con el cansancio no se dio cuenta cuando desaparecieron la Bella y sus allegados, vio como el mar se puso rojo y no entendió por que estaba lleno de sangre, sintió como le faltaba el aire y comenzó a ver miles que viajaron antes que el y lo guiaban al cielo, pero como era pecador y la revolución de puercos nunca le hablo de Dios se quiso ir para el infierno.
Cual seria su sorpresa cuado lo recibo el diablo y le negó la entrada, con gran asombro le pregunto, ¿por qué? Y el diablo le contesto que como Rey del infierno solo esperaba a los asesinos cómplices de la revolución de puercos, le explico que el era producto de pecados de tiranos, que nunca perteneció a nada y que no tenia las manos ensangrentadas, que como otros que murieron en el mar de muchos muertos, el tenía reservando un puesto en otro lugar que le llamaban el cielo.