imagen en grupo de oposición de Joan Estrada en fb |
Es absolutamente inaudito que a esta altura del siglo XXI haya quienes se dejen engatusar por tiranuelos con aires revolucionarios que ellos y sus compinches y allegados se enriquecen de modo colosal a costa de una macabra y miserable explotación a los más necesitados.
Y todo esto ocurre además de la aplicación de recetas estatistas fracasadas en todos lados donde se ensayaron. En esta breve nota periodística dejamos de lado este último aspecto para centrar nuestra atención en el primer tema mencionado en cuyo contexto tomamos solo un ejemplo para ilustrar nuestro punto.
¿No es acaso una sonora bofetada al sentido común que Daniel Ortega la juegue de redentor cuando ha burlado de modo reiterado y grotesco todas las mínimas y elementales limitaciones al abuso del poder? Arrasó con todo residuo de justicia, acometió todo tipo de fraude electoral para perpetuarse en el gobierno, invadió el legislativo a fuerza de chantajes, se enriqueció al arrebatar empresas de todos los ramos con el monopolio del sector externo para su usufructo personal engrosando sus cuentas en el extranjero para salvarse de las barrabasadas de su propia gestión, comanda el incendio de propiedades de los opositores y la violencia a quienes se animan a levantar su voz para denunciar estas atrocidades. Estas denuncias se conocen merced al coraje de personas como Luciano García, Elisabeth Romero, Francisco Valdivia, Maria del Carmen Solórzano y el valeroso diario “La Prensa” que aun resiste en manos de su corajudo editor en jefe Eduardo Enríquez e incluso han salido a la luz las truculentas maquinaciones del revolucionario de marras, expuestas por los propios ex simpatizantes de Ortega como es el caso de Carlos Mejía Godoy, quien por otra parte alega que su ex jefe se alzó con dineros del partido político que en su momento cofundaron.
Ahora el jefe sandinista está concentrado, esperanzado y alborozado con que se reflote la vieja idea de construir un canal en su país que compita con el de Panamá, para lo cual se requiere el concurso de un consorcio internacional en un proyecto que demanda treinta mil millones de dólares, idea que le presenta la posibilidad de jugosas mordidas personales.
Hasta su propia hijastra -Zolia Narváez Murillo- lo acusa públicamente de haberla violado reiteradamente cuando era niña, y que también dice que el padrastro copulaba con su empleada doméstica frente a esa hijastra. POR ALBERTO BENEGAS LYNCH EN RADIOMIAMI.US
Mauricio Rojas abandonó Chile en 1974 debido a su militancia en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Se exilió en Suecia y allí evolucionó hasta el liberalismo clásico, doctrina sobre la que sienta cátedra en foros de todo el mundo. Hoy es profesor de Historia Económica de la Universidad de Lund, en Suecia, un país que ya es su casa tras haber obtenido la nacionalidad y haber ejercido durante seis años como diputado en su parlamento.
¿Cuál es la principal amenaza para la sociedad libre?
La principal amenaza creo que hoy día son este tipo de promesas que se hacen de parte de los Estados que le ofrecen al individuo la seguridad, la felicidad y resolverle todos los problemas. Si bien la crisis ha puesto a ese tipo de Estados en evidencia. Todo lo que ofrecieron, lo que prometieron: la seguridad, el bienestar… no se ha cumplido en absoluto. Pero creo que allí hay una amenaza que va a seguir existiendo, que la gente se confíe, busque una respuesta que no está en ellos mismos, sino en algo más fácil, en que otro asuma la responsabilidad que solamente el individuo puede asumir.
Usted fue militante de extrema izquierda, ¿cómo consiguió salir de ahí?
Fue un viaje muy largo y muy complicado. Uno va viendo, reflexionando sobre los mecanismos de opresión humana que se viven dentro de lo que es la militancia de la extrema izquierda. Es una militancia que te exige que tu personalidad, tu individualidad desaparezca prácticamente. Es una entrega completa al partido, a la causa, y es la disposición a hacer cualquier tipo de acción violenta por esa causa tan sublime.
¿El comunismo está en estado terminal o ha resurgido de sus cenizas?
El comunismo no está en estado terminal porque la búsqueda de la comunidad perfecta, que es lo que el comunismo ofrecía, sigue vigente. Lo que pasa es que va cambiando de nombre y de forma.
El comunismo no está en estado terminal porque la búsqueda de la comunidad perfecta, que es lo que el comunismo ofrecía, sigue vigente. Lo que pasa es que va cambiando de nombre y de forma.
Esta idea es una búsqueda muy profunda del hombre, es una ilusión, la de superar todos los problemas, todos los conflictos, buscar una armonía absoluta. Por lo tanto, si bien el marxismo-leninismo está muerto, vendrán nuevas formas, nuevos ofrecimientos de la comunidad perfecta, y que son una amenaza para la libertad. En situaciones críticas, especialmente en países que están pasando de la tradición a la modernidad, que están comenzando a probar la libertad, existe esta gran reacción.
oposición en las calles al régimen orteguista degenerado en el poder |
¿Por qué Hispanoamérica es siempre un banco de pruebas para lo peor?
Ha tenido un nacimiento muy traumático. Han sido sociedades tremendamente divididas, terriblemente injustas, terriblemente opresivas, donde se vive cotidianamente un nivel de agresión, de desigualdad, de frustración del desarrollo. El capitalismo que surgió en América Latina fue un capitalismo mercantilista, limitado, no moderno. El progreso requiere de un sentimiento de que la sociedad en la que se vive ofrece oportunidades, y eso se le ha negado en Latinoamérica durante mucho tiempo a mucha gente.
Ha tenido un nacimiento muy traumático. Han sido sociedades tremendamente divididas, terriblemente injustas, terriblemente opresivas, donde se vive cotidianamente un nivel de agresión, de desigualdad, de frustración del desarrollo. El capitalismo que surgió en América Latina fue un capitalismo mercantilista, limitado, no moderno. El progreso requiere de un sentimiento de que la sociedad en la que se vive ofrece oportunidades, y eso se le ha negado en Latinoamérica durante mucho tiempo a mucha gente.
Por eso que allí se buscan soluciones mágicas como los caudillos o el populismo, se compran cuentos increíbles, mira a Chávez, mira a todos estos personajes que tenemos. Hay un caldo de cultivo en esa base social tan poco unida. El Estado latinoamericano en la independencia surgió como un ente profundamente corrupto, usado por pequeños grupos para aprovecharse del poder y saquear a la sociedad. Y todavía el poder en América Latina sigue siendo un instrumento de saqueo.
EXTR. LANACION.ES
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